Terminó en mis manos una novelilla fácil de leer, tanto que se me hacían inesperadamente agradables los que antes suponían tediosos trayectos en metro hasta llegar a la oficina.
Se trata de un texto de ficción basado en la vida del que en un principio me pareció un pobre desgraciado, un ex vendedor de seguros sesentón, divorciado, con cáncer y que busca un lugar tranquilo para morir. Con ese personaje principal; y teniendo en cuenta que la lectura de está novela se daba en la línea 10 del metro de Madrid a las 8:30 am...; el tomarle gusto a esta lectura prometía poco pero en Brooklyn encuentra a su sobrino, otro que se ha dado por vencido en la vida y se ha resignado a encadenar trabajos sin sentido mientras espera que su vida cambie, donde ayudándose y entreteniéndose el uno al otro en sus desgracias y miserias se irá formando un vínculo muy especial entre ellos. Y más aun cuando aparece la pequeña hija bastarda de la hermana "zumabada" del sobrino deprimido, una niña pequeña que se niega a hablar, aparece en sus vidas, y de repente se tiende un puente entre su pasado y su futuro, ofreciéndoles una oportunidad de redención.
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